Usted no tiene idea de cuál quebrado está mi corazón.

Hay una parte de mi, una parte de mi vida, de mi corazón que está completamente quebrada.
No pido que alguien la entienda, que alguien la cure o que inventen un remedio para repararlo.
Este dolor que tengo todos los días me ha echo llorar día a día desde hace casi seis años.

Pero también me hace saber que estoy viva, me hace conocer y entrar en una profunda tristeza que cuándo vienen momentos buenos me aferro tan fuerte a ellos que no los quiero dejar escapar.
¿Alguna vez te haz preguntado que es sentir el corazón roto?, pues bien, yo te lo diré.

Una parte de mi vida murió al dejar ese pedazo de corazón enterrado en aquél panteón.
Recuerdo ese día bailar y decirte adiós sonriendo entre lágrimas, no tenía idea lo que se venía en mi vida, sólo sabía que ese sería mi último baile contigo, mi último adiós con el cuerpo con el que yo te conocí. Los días fueron pasando y alguno dijeron que con el tiempo las cosas mejorarían, pero no tenían razón, el dolor sigue igual que ese momento, es sólo que ahora me acostumbre a vivir con él, me acostumbre a vivir sin esa parte de mi corazón que se quebró.

La vida sin ese gran amor a veces es muy difícil, se asfixia mi pecho cuándo me encierro en mi cuarto y comienzo a recordarte. Recuerdo tus hermosos ojos azules, tu sonrisa con ese bigote pizpireto que me picaba cuándo me dabas un beso, recuerdo tus manos y cada línea que en ellas había, eres un retrato perfecto en mi memoria y un suspiro que hace que llueva en mi corazón.

Crecer sin ti me ha echo saber que en esta vida en un segundo lo tenemos todo y al otro lo perdemos. Que tal vez mi corazón permanecerá por siempre quebrado, pero sigo viva y de la misma en que tu partiste algún día lo haré yo y el resto de personas que amo, que por ello debemos disfrutar cada instante, cada triunfo, cada caída, pero sobretodo cada día compruebo que no viviré una mayor historia que la viví junto a ti papá. Te extraño.



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