Domingo de Tianguis
Hoy cómo ya está haciendo costumbre fui a almorzar con mi mamá a la calle, pero hoy ella dijo "vamos al tianguis", por lo general vamos a lo que aquí en San Luis, le decimos "las gorditas de morales" y cuándo no vamos ahí mi mamá nos trae de almuerzo zacahuilt, que es un platillo delicioso (mi favorito por cierto), es un platillo común de la región de dónde yo soy y si algún día vienen a San Luis deben probarlo.
El caso es que tenía años que no iba, de pronto comencé a caminar por ese largo pasillo, ese pasillo que es mi mayor recuerdo cuándo llegue a vivir a la capital, me recuerdo corriendo entre los puestos desesperada por llegar a un puesto dónde vendían ropa y miles de accesorios para barbies, cierro los ojos y recuerdo el sentimiento y la alegría de elegir vestiditos, mis papás y mi hermano pagaban mis cuentas jajaja. Después seguíamos recorriendo el tianguis y mi papá saludaba a muchas personas, todas ellas, personas huastecas ( maestros en su mayoría) que se habían venido a vivir también para la capital.
Y llegábamos a nuestro destino, el puesto de zacahuilt, ahi siempre estaba un señor "Hervert" alto, güero, de naríz ganchuda y muy alto, de lejos se notaba su apariencia huasteca. Mi papá platica horas y horas con él.
Hoy sentada ahí, después de mas de 5 años pude recordar tantas cosas, cosas que estaban ya ocultas en un cofre especial, pues les juro que sentía que no había pasado tanto tiempo, pero al pensar me di cuenta que en efecto todo es diferente, a la señora del zacahuilt le salieron arrugas, ya no existe ese puesto de ropa de barbies y lo más triste ya no está mi papá ni ese señor Hervert con el que tanto charlaba.
La vida sigue, pero los mejores recuerdos "Nunca cambian". Y los mejores recuerdos no son "de cosas" si no de momentos, momentos que perduran en mi vida como mis grandes tesoros, pero que con el tiempo deje empolvar. Hoy les juro quiero que sea nuevamente domingo y poder regresar al tianguis y seguir recordando lo que el dolor me hizo olvidar.
El caso es que tenía años que no iba, de pronto comencé a caminar por ese largo pasillo, ese pasillo que es mi mayor recuerdo cuándo llegue a vivir a la capital, me recuerdo corriendo entre los puestos desesperada por llegar a un puesto dónde vendían ropa y miles de accesorios para barbies, cierro los ojos y recuerdo el sentimiento y la alegría de elegir vestiditos, mis papás y mi hermano pagaban mis cuentas jajaja. Después seguíamos recorriendo el tianguis y mi papá saludaba a muchas personas, todas ellas, personas huastecas ( maestros en su mayoría) que se habían venido a vivir también para la capital.
Y llegábamos a nuestro destino, el puesto de zacahuilt, ahi siempre estaba un señor "Hervert" alto, güero, de naríz ganchuda y muy alto, de lejos se notaba su apariencia huasteca. Mi papá platica horas y horas con él.
Hoy sentada ahí, después de mas de 5 años pude recordar tantas cosas, cosas que estaban ya ocultas en un cofre especial, pues les juro que sentía que no había pasado tanto tiempo, pero al pensar me di cuenta que en efecto todo es diferente, a la señora del zacahuilt le salieron arrugas, ya no existe ese puesto de ropa de barbies y lo más triste ya no está mi papá ni ese señor Hervert con el que tanto charlaba.
La vida sigue, pero los mejores recuerdos "Nunca cambian". Y los mejores recuerdos no son "de cosas" si no de momentos, momentos que perduran en mi vida como mis grandes tesoros, pero que con el tiempo deje empolvar. Hoy les juro quiero que sea nuevamente domingo y poder regresar al tianguis y seguir recordando lo que el dolor me hizo olvidar.