El temor de volver a enamorarme

Mucho tiempo desee Dios me enviara a ese chico que tanto he soñado.
Ese que me hará vibrar y sonreir con solo una mirada, una sonrisa o un recuerdo.
Pero el tiempo me decia... "espera".... y ¿saben?, yo espere, el tiempo en verdad paso, paso tanto tiempo que comencé a perder la cuenta y hubo un momento dónde creí que ya no sentía.
No se si les ha pasado, lo escribí la otra vez, que todos mis amigos con sus parejas, casados, con hijos y yo... mmm bueno yo en sí siempre sola. A todas las fiestas comencé a ir sola, al principio sentía miedo, después pena, luego me acostumbre y terminé disfrutandolo tanto.
A veces iba en una noche a 3 compromisos  y era cool, porque yo podía elegir si iba, si no iba, a que hora me iba, a que hora quería llegar y a que hora me quería ir.
Comencé a disfrutar los sinsabores de mi soledad, de mi soltería, de aquella relación fallida.
Después mi amigos comenzarón a buscarme parejas, todas fallidas, inclusive me molesta que hagan eso.
Pero llegaba la noche y me preguntaba si ahí afuera existía o existe alguién para mi, a veces les confieso llovia sobre mi almohada, porque la soledad a veces es dura; recordaba como era terminar el día y tener a quien contarle, a quien decirle buenas noches y al comenzar el día tener un mensaje de, excelente día.
Al tiempo eso dejo de doler, mis noches fueron perfectas acompañadas de películas, noches de lectura y caminatas dónde mi única compañía era yo misma.
Todo se torno perfecto, era yo sola con el mundo, mi mundo.
Mi mundo es muy bonito, lo reconstruí como yo lo quería, todo lo que no me gustaba del anterior lo rectifiqué o lo eliminé, lo que no tenía, ahora lo tengo, que me propusé, lo logré, pero mi corazón se enfrió de la parte dónde se comparte con amor con una pareja.
El tiempo hizo lo suyo, me dio la libertad que necesitaba mi corazón, la estabilidad que quería en mi vida y el amor propio para curar mis heridas.
De pronto como cuento de hadas mal planeado, justo cuándo me harte de intentos fallidos por querer volver amar, aparece alguién que pinta todo de colores estables, acompañado de sonrisas eternas y una paz que ni en mis noches de mayor soledad encontré.
Tengo miedo. Tengo miedo. Tengo miedo.
De pronto de mis labios salen palabras que no recordaba podía pronunciar, mis manos escriben frases que creía jamás volvería a dedicar y mi corazón se acelera de una manera en la que juraba no volvería avanzar.
Tengo miedo. Tengo miedo. Tengo miedo.
Como todo buen final de una película de amor, dónde la pareja principal no estuvieron juntos al final y en esos últimos capítulos los estelares de la segunda parte hicieron su primer aparición , así estoy... Mi vida no es una película ¡claro esta!, pero siento una adrenalina que en momentos no puedo controlar. Creo que nuevamente siento amor, pero ahora no estoy segura si lo quiero sentir o es el miedo el que me hace dudar y no querer continuar.
Es extraño sentir que siempre estamos esperando encontrar ese gran amor y cuándo parece llegar comenzamos a dudar y cambiamos de opinión. No porque esa persona sea una mala opción, sino que soy honesta, creo que no tengo miedo a volver a enamorarme, sino a volver a fracasar.






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