Mexicanos al grito de guerra!


Soy una de ese porcentaje de mexicanos que tuvo la fortuna de tener una carrera universitaria, un golpe de mala suerte tal vez.
Mi nombre es Jéssica Acosta y esta es mi historia:
Una vida llena de lujos y carencias, con padres que dieron y dan todo por un mejor futuro para sus hijos. 
Como muchos de ustedes no entre a la gran cede de enriquecimiento educativo público, es decir no entré a la autónoma, en ese momento mi mente vivía otro contexto, o tal vez realmente era otro contexto; un antropólogo hace unos meses como respuesta a un  cuestionario que le mandé para un proyecto escolar sobre como han influido los medios de comunicación en la juventud en los últimos años me respondió.
“Claro que deben influir, para eso están hechos y claro que han cambiado, si no que estancados estaríamos, la sociedad cada cinco años modifica su estilo de vida, sus conductas y esto es parte del crecimiento de la humanidad”.
A lo que voy es, de ese momento en que no entre a una escuela pública y mis padres se aventuraron a pagarme una universidad de paga a hoy cinco años después que la culminé la carrera sucedieron tantas cosas, tantos cambios como bien lo dijo el antropólogo.
Primero estaba el gobierno de Calderón dónde la frase que siempre lo caracterizará es “¿Cuántos mas Calderón?”,  algunos lo dirán de broma, otro como yo lo diremos con un profundo sentimiento, pues uno de esos más fue mi padre.
Pero regresemos a que no entré a la autónoma, algo de felicidad se notaba en mi sonrisa, ¡por fin no tendría que estar en un grupo repleto de alumnos!, donde el pasar lista ocupaba aproximadamente 20 minutos.
Mis padres me dieron la opción de elegir una universidad privada, que se ajustara al presupuesto que ellos disponían. Claro esta este presupuesto significaría que muchas cosas se dejarían de comprar o pagar, como un club deportivo, o que me pueden decir de salidas de antro. Algún sacrificio debía hacer yo.
No quiero decirles la cantidad que se gastó en mis estudios universitarios, porque hasta yo me deprimiría; entre inscripciones, colegiaturas, exámenes extraordinarios ( porque cabe destacar que no fui una estudiante modelo), o no un modelo estudiantil escolar, cartas de estudios, fotografías, talleres, diplomados y un cristal roto la suma llega a mas de 230 mil pesos netos, constantes y sonantes.
Un domingo 18 de octubre del 2009  mi padre se le ocurrió subirse a un autobús rumbo a cd. Valles, estaba en quinto semestre de la carrera, ciertamente las cuentas estaban ahorcándonos, pero yo obvio ya contaba con mi mac y una cámara fotográfica semi-profesional que necesitaba para mi clases; ese día entre tanta crisis, fiestas y un futuro por delante, cuándo mi relación estaba en la cúspide con mi padre, mis amados compatriotas mexicanos, paisanos huastecos y hermanos  ante el ojo de Dios eligieron que por su ira y pocos huevos hacia su vida, golpear a un ser humano hasta desahogar su coraje por el mundo y verlo llegar a su último aliento. Ese hombre, ese ser humano, era mi padre.
Mi vida cayo destrozada, sin esperanzas, con ira y sin una explicación divina y menos judicial de lo que había sucedido. Tantas pendejas salieron en los medios, que yo siendo comunicóloga caí decepcionada incluso de mi propia profesión, los encabezados de las notas decían “Hombre intenta violar a una mujer y los pasajeros lo matan a golpes”, “Hombre agresivo y en un estado inconveniente sube al autobús e intenta robar a los pasajeros ellos por defenderse lo matan a golpes” y el último que no fue tan agresivo “ Pasajero cae dentro del autobús en cuál viajaba y golpea su cabeza ocasionándose una muerte cerebral”.
¿Saben lo que yo sentí al leer tanta patraña?, eso que piensan es poco, auméntenle unos cuántos niveles mas y tal vez lo podrás comenzar a imaginar.
Un cuerpo golpeado, con un trastorno de muerte cerebral causado por un golpe de un objeto tubular en su cráneo, ¡por supuesto que ese objeto es una macana!, y ¿quieren que aprecie a los policía?, ¡que tipo de monstruos tenemos a nuestro cuidado!. Patadas, rasguños y claro sin ninguna pertenencia en su ropa.
Debido a esa situación de pronto pagar mi colegiatura se me hizo menos estresante, mi padre en su muerte me dio un seguro escolar, ¡hubiera preferido yo mejor batallar y tener por siempre a mi padre!.
Pero a nadie le importa eso, millones de personas como yo ven como sus familiares, son amedrentados, ultrajados, secuestrados y asesinados.
¿Cuántas personas no corren con la misma mala suerte que la mía y no pueden tener una carrera profesional?.
Ciertamente no se como mis padres me hubieran podido haber dado 200 mil pesos para una carrera,  pero lo hicieron, a su manera, me costo millones de lágrimas y quedarme huérfana, que triste que haya sido la manera en que Dios me hiciera ver lo poco agradecida que era y el mundo tan inestable en el que vivía.
Me hubiera gustado que esa misma firmeza que tenía mi universidad para cobrar hubieran tenido los juzgados esclarecer la muerte de mi padre,  me hubiera gustado que todo ese dinero que gaste en una carrera lo gastará el gobierno en realmente buscar a personas que dejaron libre sin culpa tras haber asesinado a una persona, me hubiera gustado que esas personas que tanto me juzgaron por pagar una escuela de paga y tener una mac me hubieran preguntando ¿cómo te sientes?.
Pero al final no todo es como yo quiero, ni como seguramente muchos de ustedes quieren. Al final comprendí que de eso se trata la vida, de vivir el momento y disfrutar lo que se te da a cada segundo, pues en un segundo es que la vida termina.
El caso de mi papá por supuesto fue uno mas que no pudo seguir, quedo en el anonimato como una persona mas , aunque para mi haya sido un superhéroe.
En la universidad siguen quedándose miles de personas fuera, no todos pueden pagar un colegiatura.
Y en mi universidad siguen descendiendo alumnos porque no pueden cubrir la cuota escolar.
Bienvenidos  a México, bienvenidos a mi mundo. Ustedes eligen si se quedan con esta primer parte de la historia por siempre, porque yo me harte de ver solo las cosas, hoy sonrío, lucho y doy gracias a dios y a la vida por esta prueba tan grande que me hizo darme cuenta que el poder del cambio lo tengo yo, no los jueces, no la directora de mi universidad, no el gobierno, no mis padres.
Cinco años de cambios y miles de transiciones para darme cuenta que el único cambio lo tengo yo.
Si va a ser, depende de mi.


Quiero destacar que este escrito lo hice casi hace un año, hoy lo volví a leer y me decidí a compartirlo y si lo hago es porque hoy es día del padre y me toco llevar flores a una tumba en vez de abrazar a mi padre que aún a mi parecer tenía mucha salud y ánimos de seguir viviendo, espero no les moleste éste escrito ya que  se sale un poco de lo que redacto en el blog , pero si estamos en un país dónde tenemos libertad de expresión , entonces expreso lo que esa situación me ha echo sentir, este año después de escribir eso mi vida en efecto cambió, poque así lo decidí, sonrío, vivo y he perdonado, la situación no cambiará, pero yo elegí ser felíz, vivir y hacer todo lo que quiero porque si una lección aprendí esque nadie sabe cuándo esta despertando en su último día.


En memoría de mi padre, J. Antonio Acosta Ramírez, el hombre que mas me amó.

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